ALGUNOS DE LOS LOCALES (BARES Y CAFÉS) CON MÁS HISTORIA DE MADRID
CAFÉ CENTRAL
CAFÉ CENTRAL
Está considerado, dentro de los círculos especializados, como uno de los mejores clubes de este estilo ya no sólo de España sino de Europa. Con actuaciones prácticamente todos los días del mes.
En pleno corazón del bohemio barrio de las Letras, al lado de la Plaza de Santa Ana, el café se ha convertido en 30 años de andadura, en el refugio de cientos de jazzísticos amantes de la música, intérpretes de primer nivel y también, por qué no decirlo de curiosos.
CAFÉ
COLONIAL (LA RONERÍA DE MADRID)
Más de cien marcas diferentes de ron y una carta de cócteles donde se inscriben cerca de setenta especialidades son los credenciales que esgrimen en su favor los responsables de El Viejo Café Colonial, el cual se jacta de ser la mejor ronería de Madrid. Argumentos no le faltan: dos plantas, un emplazamiento muy céntrico a la vera de Manuel Malasaña, una decoración que sigue las pautas que se adelantan desde su propia nomenclatura: colores terrosos, materiales cálidos como la madera y grandes ventiladores, que dan un inconfundible aire insular al local. Ofrecen un amplio surtido de marcas de esa popular bebida caribeña, desde lo que son rones específicos para tomar por sí solos, hasta los que resulta aconsejable mezclar. No faltan tampoco caipiroskas de vodka y otras singularidades del estilo de la michelada, que es un cóctel de cerveza. El ambiente del local es agradable y en la música predominan los ochenta, aunque los fines de semana se apuesta por temas más comerciales.
CAFÉ
COMERCIAL
El Café Comercial se encuentra en la Glorieta de Bilbao, 7. No se sabe quién fue el primer dueño, aunque se cree era un sacerdote.
El Café Comercial abrió sus puertas en el año 1887 y es el más antiguo existente en Madrid.
En 1906, Eduardo Contreras Bueno vino a Madrid desde Guadalajara para abrir un negocio. No tenía una idea concreta acerca de su futuro. Casi por casualidad se le ofreció la posibilidad de ocuparse del Café Comercial y del Teatro Calderón. Ante la disyuntiva eligió finalmente el Café Comercial, decisión que parece haber sido la correcta, ya que el negocio sigue en manos de su familia.
El hermano de Eduardo era arquitecto y realizó algunas mejoras en local como las columnas de madera. Es toda una experiencia estar en la cafetería con sus viejas mesas y sillas. Nos lleva al siglo pasado en pocos segundos.
CAFÉ
GIJÓN
El Café Gijón (denominado también Gran Café de Gijón) es un café de importancia cultural situado en el bulevar principal del madrileño Paseo de Recoletos n.º 21. El café está frente a una estación de ferrocarril del mismo nombre (Recoletos) y a la Biblioteca Nacional de España (BNE). La terraza de enfrente se encuentra en el pasillo central del Paseo.
Fue fundado el 15 de mayo del año 1888 por un asturiano afincado en la capital llamado Gumersindo Gómez (otras fuentes lo mencionan como Gumersindo García). El Café, a pesar de sus modestos comienzos a finales del siglo XIX, pronto se convirtió, tras la guerra civil española, en un famoso lugar de tertulia literaria y reunión de intelectuales y artistas de la época del régimen de Franco, y la transición española.
En el local se celebra cada año el premio literario que lleva su nombre. Al cumplir su centenario a finales del siglo XX queda como testigo de una época de florecimiento de cafés de tertulia en Madrid. Se trata de uno de los pocos cafés de tertulia sobrevivientes en el Madrid de comienzos del siglo XXI.
CAFÉ VARELA
El Café Varela, es uno de los famosos e históricos cafés de Madrid de finales del Siglo XIX y XX. Por sus mesas han pasado los más ilustres y variados personajes de la vida social madrileña de las distintas épocas. En sus conocidas y concurridas tertulias, se daban cita entre otros, celebres escritores como Pío Baroja, los Hermanos Machado, León Felipe o Emilio Carrere.
El Restaurante "Café Varela" está ubicado en lo que fuera el antiguo y romántico Café Varela. Este emblemático lugar del Madrid de finales del XIX fue cita obligada para muchos literatos ilustres como Emilio Carrere, Miguel de Unamuno o los hermanos Machado y tantos otros que concibieron sus ideas en agradables tertulias al calor de una taza de café.
Hoy el empeño de nuestro restaurante es que quien venga se sienta cómodo y bien atendido; para ello sustentamos el saber hacer sobre tres pilares: Atención y servicio impecables, Cocina sana -tradicional y gallega- con una presentación de platos moderna y de diseño y decoración agradable y cálida -mezclando con maestría lo antiguo y lo moderno para deleite de aquel que entra a comer
CASA
LABRA
La Casa Labra es un bar-restaurante en Madrid ubicado muy cerca de la Puerta del Sol (calle de Tetuán, 12). La portada afirma su existencia desde 1860. Es famosa por haber sido protagonista de la fundación del Partido Socialista Obrero Español por Pablo Iglesias el 2 de mayo de 1879, lo que recuerda una placa en el propio local
Se trata de un local en el que se puede comer de pie (cuenta con muy pocas mesas en la zona de bar) unas tapas de bacalao frito o atún con tomate. Mantiene el servicio separado: la comida (tapas) se pide en una especie de taquilla con mostrador, y la bebida en la barra. Destaca un gran espejo de la época donde hay un cartel que dice "El que bien bebe hace lo que debe", recordando la obligación de abonar lo consumido. En un apartado interior se puede sentar y hay servicio de mesa. El local mantiene la decoración de antaño. Adyacente está el restaurante donde se pueden probar especialidades de la gastronomía de Madrid. Se puede acceder desde el interior. Desde comienzos del siglo XXI se ha habilitado una terraza exterior que da a la calle, esto evita comer de pie.
Este sitio de reunión se ha especializado en servir «Soldaditos de Pavía» (bacalao rebozado y frito), croquetas de bacalao y tacos de atún. Se sirve como bebida cervezas (cañas) o vino (Valdepeñas). El restaurante posee buenas especialidades en bacalao.
CASA
LUCIO
Casa Lucio es un restaurante de Madrid que se encuentra en la Cava Baja (Madrid de los Austrias). Su fundador fue Lucio Blázquez, popularmente Lucio, que recuperó cierto estilo castellano del siglo XIX a pesar de haber inaugurado el local en 1974. El local ocupa el mismo emplazamiento que el histórico Mesón del Segoviano
La Cava Baja, una de las calles más antiguas de Madrid, fue desde el siglo XVII punto de llegada y partida de arrieros y carreteros de las diligencias que trasportaban el correo a los pueblos de la provincia y, más allá, a localidades de Toledo, Segovia o Guadalajara.
En la finca que ocupa "Casa Lucio" antes se encontraba el Mesón del Segoviano, nombre popular por el que se conocía la Posada de San Pedro ya existente en 1720. Aún en el siglo XX llegaba cada viernes hasta dicho mesón, el "Ordinario de Illescas", carromato tirado por mulas (coche de mulas), propiedad de una larga dinastía de carreteros apegados a su oficio desde 1680.
En el zaguán del casi mítico mesón se le dio al escritor Francisco Grandmontagne un sonado homenaje en 1921, en el que participaron amigos suyos como Antonio Machado y Azorín, entre otros cien personajes de la literatura española y la vida madrileña. En el mencionado zaguán, a mediados del siglo XX todavía podían verse expuestos y emparejados un carro de mulas y un viejo y flamante automóvil fabricado en Detroit. En 1965 era un punto obligado del recorrido turístico. El mesón tenía un estilo manchego rural y su especialidad eran las sopas de ajo (Sopa mesón del segoviano), además del queso manchego, los champiñones al ajillo y las gambas.
A mediados de los años 70 el mesón fue adquirido por Lucio Blázquez —que había entrado como botones en él— y pasó a llamarse Casa Lucio. Su estilo inicial era la cocina castellana y poco a poco fue adquiriendo platos de la cocina madrileña. Fue un local de moda entre políticos y hombres de negocios y a pesar de los cambios conserva cierto aire tradicional.
Son famosos los platos con huevo: huevos fritos con puntillas, los huevos rotos (huevos estrellados), pisto con huevo, etcétera. Aparte de ello es conocido por las especialidades de cocina madrileña: cocido madrileño, capón en salsa pepitoria. En el terreno de los postres destaca el arroz con leche. "Lucio" asegura que no hay platos con ingredientes congelados.
CHOCOLATERIA
SAN GINES
La Chocolatería San Ginés es una chocolatería de las más famosas de Madrid ubicada en el pasadizo de San Ginés (en pleno centro de la ciudad: muy cerca de la Puerta del Sol). Se trata de uno de los sitios más populares para tomar chocolate con churros, ya desde que se fundó en el año 1894. Hoy en día es un lugar turístico donde se reúnen visitantes y lugareños a degustar los famosos chocolates con churros.
Se construye el local en el año 1890 para mesón y hospedería en el propio pasadizo y en 1894 se reconvierte en churrería. Este establecimiento fue concebido para realizar churros "a hombro" (técnica tradicional). Su ubicación es junto al Teatro Eslava y su fama empezó cuando la gente a la salida del teatro acostumbraba a tomar un chocolate con churros.
Posteriormente, por las horas hasta las que permanece abierta la chocolatería, hizo que la gente que salía de la discoteca de Joy Eslava a altas horas de la noche pudiese desayunar antes de ir a casa. Esto hizo que se convirtiese en lugar de reunión de noctámbulos. Hoy en día se considera una de las chocolaterías más antiguas de la capital. Durante el periodo de la Segunda República debido a la ubicación casi oculta de la chocolatería entre pasadizos, se rebautizó popularmente como "La Escondida".
En 2010 se inauguró una chocolatería San Ginés en Tokio, en el famoso y concurrido barrio de Shibuya, adaptando sus productos a los gustos nipones.
Se trata de un bar que recuerda los cafés de final de siglo XIX. Posee dos plantas en las que hay castizas mesas de mármol blanco y mostrador revestido de azulejería, en las que se puede tomar de forma tradicional un chocolate con churros o cualquier otro refresco o café acompañado por bollería. Su apertura hasta altas horas de la madrugada hace posible que se reúnan personas a desayunar de diferentes tipos. De forma tradicional abre todos los días del año. Por su cercanía con la Puerta del Sol, es el lugar, si se tiene paciencia, donde se suele tomar el primer chocolate del Año Nuevo.
CIRCULO
DE BELLAS ARTES (LA PECERA)
La sede actual fue construída por el arquitecto Antonio Palacios en 1919.
Antonio Palacios (1874 - 1945) es uno de los arquitectos que más ha influído en la arquitectura madrileña. Entre sus obras destaca el actual Ayuntamiento de Madrid (antiguo Palacio de Comunicaciones). El edificio tiene 15.000 m2 y 56 m de alto.
Fueron famosos los bailes de máscaras que se celebraban en el salón de baile. Se suspendieron en 1936 por la Guerra Civil y no volvieron a celebrarse hasta 1984. En sus comienzos estos bailes estaban reservados a los socios, pero actualmente la entrada es libre (siempre y cuando se consiga una). Actualmente el baile es una fiesta que dura 24 horas.
En lo que era la antigua sala de conversaciones se encuentra ahora la cafetería del Círculo, 'La Pecera', llamada así por sus grandes ventanales cuyo aspecto, visto desde el exterior recuerdan el de una pecera. También se dice que recibió el nombre, porque en su día era lugar de reunión de 'peces gordos'.
Actualmente la cafetería está abierta de 09:00 hasta las 01:00 y hasta las 03:00 los viernes y sábados. El techo de la cafetería es el original.
EL
PENTAGRAMA (EL PENTA BAR)
Inaugurado en 1976, en pleno barrio madrileño de Malasaña, fue pionero en establecer en España el concepto de bar de copas, combinación de bar tradicional y discoteca.
Elegido por miles de jóvenes de la época como lugar de ocio, con la llegada progresiva de la denominada Movida madrileña, el lugar pasa a figurar como uno de los templos de la modernidad del momento. Decenas de cantantes y artistas frecuentan el local, convirtiéndolo en un lugar de moda. En sus instalaciones convivieron los miembros de Los Secretos, Nacha Pop, Burning, La Mode, Mamá o Ouka Lele.
La cumbre de su reconocimiento le llega a través de Antonio Vega, que menciona el bar en la canción que estaría llamada a convertirse en el emblema de la década: "Chica de ayer".
Desde entonces se ha mantenido como centro de actividades musicales y artísticas, siempre con la evocación y reivindicación permanentes de la década de 1980.
LHARDY
Lhardy es un restaurante ubicado en pleno centro de Madrid (calle carrera de San Jerónimo nº 8). Abierto en el año 1839 por su fundador, el francés Emilio Huguenin Lhardy, es considerado uno de los primeros y más antiguos restaurantes de Madrid, por lo menos tal y como se conoce hoy en día, es decir: menú con precio para cada plato. El local se abrió en 1839 como una pastelería que poco a poco fue ofreciendo comidas. En la actualidad es una tienda (parte baja) y un restaurante con varios salones. Es famoso el caldo desde 1885 servido en el samovar como autoservicio y situado en el interior de la tienda (a la izquierda). El restaurante ofrecía desde sus comienzos servicios de catering de alto standing a los hoteles y a las celebraciones de la alta sociedad.
A comienzos de siglo XIX, Émile Huguerin de Montbéliard era un joven pastelero que, tras aprender este oficio en Besançon, mejoró sus conocimientos de cocina en París, trasladándose luego a la capital de la región de Aquitania. Se desconoce como Huguerin pasó a llamarse "Émile Lhardy"; quizás inspirado por el Café Hardy de París.
En Burdeos, Lhardy conoció a muchos de los exiliados españoles que habían huido de la venganza del Rey Felón tras el Trienio Liberal. También se sitúa en esta villa francesa su amistad con Prosper Mérimée, y la posibilidad de que fuera este escritor francés quien le sugiriese montar un restaurante en Madrid.
Fuera suya la idea o de otro, en 1839 Émile abrió un establecimiento —que llegaría a ser mítico— en la carrera de San Jerónimo de Madrid, por aquel entonces "una de las calles más transitadas de la ciudad", según dejó escrito Benito Pérez Galdós. En ella se encontraba también la elegante fonda y café La Fontana de Oro, que en 1843 pasaría a manos de otro emprendedor e imaginativo empresario francés, Casimir Monier, que concentró en un sólo establecimiento sus recientes negocios de baños, librería y fonda. La nueva pastelería de Émile Lhardy se instaló en la manzana 207, según la planimetría de Carlos III, en esta Carrera de San Jerónimo que en aquél momento no tenía más de cincuenta casas y que hasta 1848 no sería adoquinada.
Distintos testimonios aseguran que las fondas madrileñas a comienzos del siglo XIX no ofrecían buenas comidas para los gustos extranjeros, e incluso para muchos paisanos, como en más de una ocasión dejó escrito Larra; en opinión del agudo escritor romántico, la oferta gastronómica era mala y el servicio pésimo: «un mozo para cada sala y una sala para cada veinte mesas». Bien es verdad que entre los madrileños del siglo XVIII no había costumbre de asistir a las fondas a comer, y que las comidas que se servían en ellas, bien aliñadas con aceite y ajo, no eran del gusto de los visitantes extranjeros que visitaban la Corte. De ahí quizá que, en concreto para el viajero internacional, la apertura de Lhardy supusiera una alternativa interesante, por no decir la única. Otro hallazgo empresarial de Lhardy fue la opción de servir a domicilio.
Desde un principio, aquél repostero francés mostró un carácter enérgico y afable que hizo que la pastelería tuviera buena aceptación. Dicho con palabras de Galdós, Lhardy vino a Madrid a "poner corbata blanca a los bollos de tahona". Fueron populares sus petit-choux, los éclairs, las mille-feuilles y de igual forma los brioches y croissants.
LOS GALAYOS
Abrió esta casa en 1894. Una foto enmarcada recuerda un banquete de 1936 ofrecido al poeta Luis Cernuda, donde posan un nutrido grupo de representantes de la llamada "Generación del 27", entre ellos Lorca, Alberti, Salinas, Neruda, Bergamín... que demuestra la fama y popularidad de que siempre ha gozado esta casa centenaria.
Ahora son tres los hermanos Grande, quienes con diferentes cometidos dirigen la vida en Los Galayos. Un amplio local con varios pisos y terrazas, con sus distintos comedores y su hermosa terraza en la plaza mayor. A los diversos salones, llenos de recuerdos se ha venido a unir el denominado Imperial. Un rincón de la casa para comidas de empresas o celebraciones familiares. Dentro del barroquismo de la decoración hay buen gusto y una atmósfera que efectivamente retrotrae a otras épocas.
La cocina es también un mezcla de los platos tradicionales, aquellos que esperan los clientes de toda la vida, que son muchos, y los de paso entre los que efectivamente se encuentran los turistas.
A todo ello se une un afán de renovación controlada por parte de la cocina. La honestidad es la marca de una culinaria de buen corte, con buenas y, a veces, excelentes materias primas, donde se dan la mano platos de origen menestral con otros de notable rango.
La ensaladilla rusa ha sido siempre un plato muy solicitado en Madrid, y más en esta zona. Además de los componentes tradicionales está el buen atún con que se prepara. Tiene la dosis perfecta de mahonesa que necesita. No es este un plato donde la abundancia de patata y la generosidad en la salsa destrocen la original receta, todo lo contrario. Así hecho satisface al estómago pero que no lo llena.
PASTELERÍA EL RIOJANO
El Riojano se encuentra en la calle Mayor, 10. Es una de las pastelerías más antiguas de Madrid.
Fue fundada en 1855 durante el reinado de María Cristina de Habsburgo-Lorena. De hecho el fundador trabajaba como pastelero en el Palacio Real y decidió comenzar con un negocio propio. Parece ser que la reina María Cristina incluso le ayudó a establecerse por su cuenta. Por ejemplo el mostrador principal, el escaparate y la madera de caoba vinieron del Palacio. Al no tener hijos, el pastelero dejó el negocio a sus empleados.
Y así ha seguido siendo, un negocio que ha pasado de dueños a empleados hasta hoy, que está en manos de Esperanza Comontes.
CASA BOTÍN
Casa Botín es un restaurante de Madrid que figura en el Libro Guinness de los Records como el más antiguo del mundo. A pesar de ello existen autores que ponen en duda esta afirmación mostrando otros casos. En todo caso, es el más antiguo de España en funcionamiento, seguido por Can Culleretes (Barcelona), abierto en 1786. Casa Botín fue fundado por el francés Jean Botin y su esposa en el año 1725 como posada cerca de la Cava Baja, denominada Hostería Botín. Presenta una fachada de ladrillos con vista clásica del siglo XVI y ocupa cuatro plantas del mismo. La cocina es tradicional castellana.
Jean Botin y su esposa fundaron en el año 1725 (fecha grabada en piedra a la entrada) como posada con un horno de leña, el local ubicó su negocio en la planta baja (sobre la que hicieron una reforma) del edificio de la Calle Cuchilleros, 17 (muy cerca de la Plaza Mayor de Madrid). Ubicado en una zona muy céntrica de la capital. El negocio a la muerte de Jean y esposa recayó sobre un sobrino de ellos que se llamaba Candido Remis. El nombre actual de este local "Sobrino de Botín" procede de aquella época (1868). A pesar de afirmar ser el restaurante más antiguo del mundo hay otros casos que afirman serlo: el Stiftskeller St. Peter en Salzburgo (Austria) en el 803, el Hundskugel en Múnich que data del 1440 y la Tour d'Argent en París fundada en 1582.Según una cédula mostrada en sus paredes el local solicita en 1590 privilegio de exención de huéspedes de aposento y en 1860 desaparecen los alojamientos.
Una de las placas exteriores recuerda que el gran novelista Benito Pérez Galdós en su obra Fortunata y Jacinta menciona el restaurante (publicado en 1886-1887). La placa fue puesta por la Cámara de comercio e Industria el 25 de mayo de 1971. Lugar donde comieron los protagonistas de la novela: sus protagonistas Juanito Santa Cruz y Fortunata. Lo cierto es que en la novela se menciona una pastelería diciendo: "anoche cenó en la pastelería del sobrino de Botín". Cabe destacar que de los viajeros que han ido a Madrid en el siglo XIX, y que posteriormente han documentado sus viajes. Ninguno ha mencionado el mesón.
Había otro Casa Botín que se encontraba cerca de la plaza de los Herradores y que Galdós hace mención en otra de sus novelas de 1897: "Misericordia".Para algunos autores de guías de viaje este otro Botín parecía más a un figón en el que se vende vino antes que un mesón. La fama le vino a "Sobrino de Botín" ya a comienzos del siglo XX, en 1920 llegando a abrir sucursales en forma de merenderos la Dehesa de la Villa. Una de las primeras menciones de viajeros corresponde a Beatrice Erskine y data de 1922. Beatrice narra Casa Botín en Herradores y la Pastelería de sobrino de Botín, ambos lugares muy modestos, pero pintorescos. Pronto escritores internacionales como Ernest Hemingway le empezaron a dar fama y prestigio.
En el siglo XX Botín es regentada por la familia González, formada por Amparo Martín y Emilio González. Finalmente en el siglo XXI, en enero de 2004, la familia González dueña del actual Botín (ya en su cuarta generación) ha logrado realizar la apertura de Botín en México (con una réplica exacta del horno original que se encuentra en España), se está estudiando abrir otros en Puerto Rico, Japón y Moscú.
Las especialidades que se sirven en el local se fundamentan en la cocina castellana y madrileña. Los asados castellanos siendo muy afamado el cochinillo asado y cordero asado (Cordero lechal) que se realiza en su antiguo horno de leña que reside en el interior de la cocina. El asado de cordero lechal se prepara con aceite de oliva, pimentón, sal y ajo haciéndolo girar lentamente al fuego (asado media hora por cada lado). Son famosas las sopas al estilo castellano, una de las más mencionadas es la sopa al cuarto de hora (sopa de pescado). La repostería es muy famosa y se fundamenta en recetas clásicas: pestiños, bartolillos y flan de huevo.
THE PASSENGER
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